Alex está haciendo compras en tu e-commerce. Puso tres productos en su carrito y, mientras navega, encuentra un artículo que considera perfecto como regalo de cumpleaños para su padre que vive en otro país.
Satisfecho, agrega esto al carro también, mientras piensa en la felicidad de su padre cuando inesperadamente recibe el regalo.

Pero cuando está a punto de finalizar el pago, se da cuenta de que no puede hacer un pedido y seleccionar dos direcciones de envío diferentes. Se ve obligado a quitarle el obsequio de su padre de su carrito y planear hacer un nuevo pedido más tarde. Tan pronto como tenga 5 minutos, piensa, tal vez más tarde, tal vez al día siguiente.

Tal vez nunca, como suele ser el caso. Porque, mientras tanto, encontrará un producto similar en otro comercio electrónico, o tal vez lo encuentre a un precio mejor en otra tienda, quién sabe.

Cualquiera que sea la razón, de hecho, un producto eliminado de la orden es una venta perdida que difícilmente se recuperará.
Ahora imagine que Alex eligió eliminar sus productos y comprar solo el regalo para su padre. En este caso, la pérdida económica no sería de un producto sino de tres. E imagine que esta situación en su comercio electrónico ocurre varias veces durante una semana o un mes. ¿Cuántas ventas estás perdiendo sin siquiera saberlo?